CALMANDO UNA POTENCIAL BOMBA POLÍTICA

Leflon cuenta la historia:

La influencia del Fundador sobre estos “modernos Goliats de nuestros días” y sobre la gente en los distritos del puerto le permitían intervenir de un modo efectivo para prevenir el derramamiento de sangre cuando se conoció el asesinato del Duque de Berry; desde ese momento el monarquismo de las clases medias se volvió intenso y sus pasiones violentas. De ahí que lo que uno podía esperar eran los peores excesos contra los primeros revolucionarios y los burgueses liberales. El padre del Fundador escribió que su primer impulso fue “vengarse de estos dos grupos por el asesinato del Príncipe a quien todos lloran”. El obispo Jeancard, asimismo, relata:

Afortunadamente, los viejos distritos donde estas represalias estaban en el punto más álgido para ser llevadas a cabo, fueron evangelizadas en aquel momento por los Misioneros de Provenza; la religión fue la única fuerza lo suficientemente capaz de refrenar las armas preparadas para golpear, y era más fuerte que nunca este deseo en estos distritos. Por consiguiente, debido a la intervención y al llamamiento a la gente en nombre de la religión, el Padre Mazenod conjuró el peligro. Aunque aborrecía el crimen que sumergió a Francia en el llanto, él solamente usó el pacífico y dulce lenguaje del Evangelio cuando habló desde el púlpito de la iglesia de San Laurent, y utilizó el mismo lenguaje en la iglesia de Carmes. Después de la misa de la tarde fue a la calle y habló con los diferentes grupos que se habían formado allí. Todos le escucharon con un piadoso silencio y, de ese modo, tuvo éxito al aplacar las violentas pasiones que habían hecho hervir a las masas y que estaban a punto de estallar en la ciudad con todo su furia. Algunos días después, los hombres de las dos parroquias dijeron que solamente por él se habían contenido.

En las parroquias burguesas, donde la gente era menos propensa a los actos de violencia, los Misioneros de Francia hicieron un llamamiento similar…

La opinión pública atribuyó la mayor parte del mérito por el mantenimiento de la tranquilidad, en estas circunstancias críticas, al llamamiento e influencia de los misioneros.

Leflon 2 p. 111-112

 

“Solamente desde una calma interior el hombre fue capaz de descubrir y formar la calma en el exterior”.         Stephen Gardiner

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