Las reuniones e interacción de los jóvenes eran una oportunidad de aprendizaje y de crecimiento personal. En la enseñanza de Eugenio en cuanto a vivir con los errores y debilidades de cada quien, encontramos un intento de enseñarles la sensibilidad al expresarse ellos mismos.
Pero, pondrán, en esa corrección, todas las atenciones y toda la delicadeza que se debe tener en un ministerio tan eminentemente caritativo.
Así, quien las hubiere observado, reprenderá con suavidad a aquel a quien se le hayan escapado, observando, sin embargo, dejar pasar un intervalo más o menos largo entre la falta cometida y la corrección, para que ésta obtenga más fruto y se evite la precipitación.
En el caso que se tema no conseguir todas las precauciones que exige este ministerio delicado, se podrá, en lugar de hacer uno mismo la corrección, encargarla al director de la asociación.
Règlements et Statuts de la Congrégation de la Jeunesse, 1813, p. 23
«Si se enojan, no pequen.» No dejen que el sol se ponga estando aún enojados, ni den cabida al diablo. Efesios 4:26-27
Joan Lunden nos da una lección sencilla, pero real de la importancia de este proceso: “El aferrarse al enojo, resentimiento y dolor, sólo nos ocasiona tensión muscular, dolor de cabeza y una quijada adolorida, al apretar los dientes. El perdón devuelve la risa y ligereza a tu vida.”