AYUDA MUTUA PARA DESTRUIR A SU FALSO SER

Habiendo tratado el crecimiento personal y el perdón a través del sacramento de la reconciliación, Eugenio se refiere ahora a la responsabilidad de cada miembro de la congregación de los jóvenes, del crecimiento de los demás. Escribe acerca de la necesidad de la corrección fraterna, tomando a Mateo 18:15 como punto de partida: “Si tu hermano llega a pecar, vete y repréndele a solas tú con él”

Pero, como a pesar de nuestros buenos deseos nos puede suceder que nos olvidemos y aún entonces, por efecto de las tinieblas y de la ceguera que el pecado ha causado en nosotros, tenemos a veces dificultad en reconocer nuestras faltas, los asociados, que tienen que interesarse en su mutua perfección, tendrán los unos con los otros la gran caridad de advertirse de las faltas que hayan podido percibir en sus hermanos.

Règlements et Statuts de la Congrégation de la Jeunesse, 1813, p. 23

Richard Rohr escribe acerca de estas debilidades que pueden recibir ayuda a través de la corrección fraterna, refiriéndose a ellas como nuestro “falso ser”:

Lo que realmente debe eliminarse es nuestro falso ser creado por nuestra mente, ego y cultura. Es una pretensión, una identidad falsa, una moda pasajera, una fachada psicológica que se interpone entre quienes somos y siempre fuimos—en Dios. (En: Transformation : Collected Talks, Volume I, CD)

 

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