VENID Y ESCUCHAD LA PALABRA DE DIOS QUE ESTÁ AL ALCANCE DE LOS MÁS SENCILLOS

Eugenio continúa expresando su alegría, “No puedo evitar ser tocado cuando veo la impaciencia de los pobres por escuchar mi voz” y explica su acercamiento a la predicación. Está imitando a San Pablo y desea predicar el Evangelio de la manera más simple posible para que su mensaje alcance a todos:

Pero lo que lleva al colmo mi alegría es que esa afluencia prueba con claridad que hay todavía en nuestra ciudad un número considerable de verdaderos israelitas que no han doblado la rodilla ante Baal, cristianos que aman todavía su religión, que gustan de instruirse en ella y tienen el deseo de practicarla, porque es bien evidente que solo el amor de vuestra santa Ley os trae junto a nosotros, ya que, a imitación del Apóstol, no hemos venido a anunciaros el Evangelio de J.C. con los discursos elevados de una elocuencia y una sabiduría humana, no, no hemos empleado, al hablaros y predicaros, los discursos persuasivos del saber humano, sino la simple palabra de Dios, desprovista de todo adorno y puesta, en la medida que nos ha sido posible, al alcance de los más sencillos
Seguid escuchándola, mis queridos hermanos, con fe y atención

Instrucción familiar sobre la confesión, dada en provenzal el 4° domingo de cuaresma de 1813, E.O. XV n. 115

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