El ministro consideraba todavía que Eugenio le estaba pidiendo demasiado al querer una aprobación directamente del Rey, pero le dio un sustitutivo para salvar las apariencias. «El ministro no podía obtener esta ordenanza, pero replicó declarando que en stu propio nombre: «tú puedes, mientras esperas el cdía que no puede ser muy lejano, continudar con tus valiosos colaboradores en las funciones que tan felizmente habéis comenzado».(4 de Agosto de 1817 Ib.). Aún queriendo algo mejor, el Fundador estaba satisfecho con lo obtenido y, para ampliar su efecto, escribió una entusiasta carta el 5 de Agosto». (Yvon Beaudoin-nota al pie E.O.VI n. 19.
Podéis decir en toda la ciudad, mi querido amigo, para consuelo de las gentes de bien y para desesperanza de los malos, que estamos aprobados por el Gobierno y autorizados a seguir con «las funciones» que hemos «tan felizmente iniciado». Son los propios términos de la carta que el Ministro acaba de dirigir «al Sr. de Mazenod, superior de las Misiones de Aix». Notaréis que el Sr. de Mazenod, no había asumido jamás esa calidad de superior hablando o escribiendo al Ministro, aparentemente para dar un mentís, al autor de la carta anónima que me denunciaba ante el Ministro, calificándome, tantos son los miramientos que tiene para mi persona, como «un cierto Señor de Mazenod, sacerdote de esta diócesis, llamándose misionero».
Carta a Henri Tempier, el 5 de agosto de 1817, E.O.VI n. 19
Comenta Leflón:
El Fundador, temiendo un fracaso total, se sintió encantado de este éxito parcial y, para aumentar su efecto en Aix, agrandó su alcance hasta cantar victoria. Escribía al P. Tempier: «Puedes decir por toda la ciudad, mi querido amigo,
Leflon II p. 63