La insistencia constante de Eugenio con sus Oblatos era:
Instruid, instruid, la ignorancia es la gran plaga de nuestro tiempo..
Carta a Hippolyte Courtès, el 19 de enero 1839, E.O. IX n. 683
Los estudios de las misiones en Francia durante el periodo de la Restauración, subrayan la ignorancia religiosa de los franceses después de un cuarto de siglo de las atroces persecuciones, de guerras incesantes y de levantamientos constantes. Una parte de la población casi había olvidado su fe, mientras que otra parte no habían aprendido nada. Era una ignorancia crasa que Eugenio hace referencia en el Prefacio:
Los pueblos se corrompen en la ignorancia supina de todo lo concerniente a su salvación; y de ahí nace el desfallecimiento de la fe, la depravación de las costumbres y todos los desórdenes que la acompañan. Es, pues, sumamente importante, es urgente hacer que vuelvan al redil tantas ovejas descarriadas, enseñar a los cristianos degenerados quién es Jesucristo….
Regla de 1826, Prefacio
Por esta razón, los misioneros cumplieron íntegramente su misión de catecismos, las instrucciones familiares, los retiros de grupos particulares sirviéndose de cada ocasión para instruirse.