NO HAY QUE DEJAR NADA POR OSAR

Lunes de la segunda semana de Adviento

Llegaron unos hombres que traían en una camilla a un paralítico y trataban de entrar, para colocarlo delante de él; pero como no encontraban por dónde meterlo a causa de la muchedumbre, subieron al techo y por entre las tejas lo descolgaron en la camilla y se lo pusieron delante a Jesús.

Lc 5:19-20

“No hay que dejar nada por osar, para promover, para llevar más lejos el Reino de Cristo”.

Eugenio de Mazenod, Prefacio de las Reglas de 1826

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