¡QUÉ HERMOSOS DÍAS SON PARA UN OBISPO LAS CLAUSURAS DE MISIÓN!

El Obispo Eugenio también había instituido la práctica regular de predicar misiones en las parroquias de su diócesis y siempre buscaba estar presente en las ceremonias de clausura para celebrar los diferentes sacramentos. En su diario describe una de ellas.

22 de marzo “[Clausura de la misión de S. Antonio] ¡Qué hermosos días son para un obispo las clausuras de misión! No se me agradezca el nunca rehusar estar en ellas. Ver a una parroquia reconciliada con Dios, recibir de su pastor el cuerpo de Jesucristo, dirigir palabras edificantes a esa parte de mi rebaño, cumpliendo así el gran deber de predicación de los obispos, dar la confirmación a hombres que de otra forma no la recibirían, es un consuelo que recompensa toda fatiga. Creería cometer un pecado mortal si pudiendo tan fácilmente dar el Espíritu Santo y hacer perfectos cristianos, me abstuviera por razones triviales a acceder a los deseos de las almas que me fueron confiadas”.

Diario de Eugenio de Mazenod, Marzo 22, 1846, EO XXI

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