MISIONES POPULARES: CERCA DE LOS POBRES PREDICANDO EN LA LENGUA QUE ELLOS ENTIENDEN

Sobre la necesidad de predicar en la lengua de la gente pobre, Eugenio anotó en su Diario en 1837:

Carta del p. Honorat de la misión de Maussane. Comienza con tan buenos auspicios como la de Fontvieille. Los ejercicios son tan concurridos que la iglesia es demasiado pequeña, aunque él haga  entrar a 200 personas más de las que podían entrar antes. El p. Honorat me dice que el párroco ha quedado encantado de que nuestros padres hicieran las instrucciones en provenzal, sin embargo con su  agrado y para condescender con el deseo de cinco o seis burgueses que reclaman sermones en francés, se ha dejado inducir a predicar por la tarde alternativamente en las dos lenguas. Censuro muchísimo esa debilidad…
Es querer sacrificar la instrucción que sacaría el pueblo de los sermones en el idioma que habla. Está claro que no puede seguir los razonamientos que se le hacen en francés. Ese pobre pueblo sólo escucha palabras que no se relacionan con ninguna de sus ideas cuando se predica en francés. Eso es indudable, está hecha la experiencia, y es ir directamente contra el fin de nuestro instituto el imitar el ejemplo de demasiados sacerdotes, que se hacen ilusiones sobre eso…
El método que hemos adoptado desde los comienzos, después de maduro examen, y que la experiencia de tantos años ha confirmado, debe ser conservado entre nosotros; me opongo a todo cambio en este punto y lo escribo aquí para que se sepa.

Diario, el 26 de febrero 1837, E.O. XVIII

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