APROVECHÉ LA OCASIÓN PARA DESTACAR EL VALOR DE ESOS POBRES JÓVENES 

El Padre Fissiaux, un sacerdote en la Diócesis de Marsella, había enfocado su ministerio a los jóvenes de la ciudad. Contando con la bendición y aliento del Obispo Eugenio, fundó la Sociedad de San Pedro en Cadenas para Hermanos, que se dedicaban a trabajar con los delincuentes juveniles (ver http://www.eugenedemazenod.net/esp/?p=3761). Entre sus obras se encontraba la penitenciaría  industrial, donde se evitaba que la corrupción de las prisiones de adultos estuviera entre los jóvenes, capacitándolos en la industria y agricultura, para que al volver a la sociedad contaran con habilidades de utilidad.

El Obispo Eugenio describe una de sus visitas a la penitenciaría:

“Visita al penal. Fui recibido, según la costumbre, al son de las bandas y por toda la comunidad. Celebré la santa misa y di la comunión a unos cincuenta detenidos y a todos los hermanos [directores del centro]. Tras la misa, administré el sacramento de la confirmación a los detenidos que habían comulgado. Aproveché la ocasión para destacar el valor de esos pobres jóvenes, haciéndoles notar que la justicia divina era menos rigurosa que la justicia humana, y que si habían obtenido de Dios una sentencia de absolución, lo debían a la religión que había llegado con ellos a sus prisiones. Luego fui a la enfermería donde confirmé a otros trece jóvenes, entre ellos a dos musulmanes convertidos. En suma, la mañana fue de mucho consuelo y muy atareada”.

Diario de Eugenio de Mazenod, Abril 10, 1845, EO XXI

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