HERMANOS QUE DESTINAMOS AL SERVICIO DE LOS JÓVENES EN PRISIÓN

El Misionero Oblato Eugenio de Mazenod dedicó su vida a llevar el Evangelio a los más necesitados. Durante su período como Obispo de Marsella predicó las Buenas Nuevas de salvación a través de su cercanía con los más abandonados espiritual y materialmente. Esto lo hizo al empoderar a la gente de su diócesis para dedicarse a trabajar con grupos en necesidad particular.

En la entrada de su diario, hoy le vemos enfocándose en los jóvenes y a los más abandonados entre ellos: los jóvenes delincuentes y encarcelados.  Junto con uno de sus sacerdotes diocesanos, establecieron una escuela industrial para los prisioneros jóvenes.

Antes de la misa entregué el hábito religioso en mi capilla a tres hermanos que destinamos al servicio de los jóvenes en prisión. Se trata del núcleo de la asociación que quisiéramos formar. Quedaron bajo  la dirección del señor Fissiaux y les asignamos el nombre de Hermanos de San Pedro en Cadenas

Diario de Eugenio de Mazenod, Mayo 21, 1839, EO XX

Para realizarlo se fundó en la ciudad una congregación religiosa que se llamó Hermanos de San Pedro en Cadenas. Se dedicaban a atender penitenciarías industriales y agrícolas, asegurando así que los jóvenes prisioneros tuvieran un oficio que aportara una contribución de valor a la sociedad una vez que dejaran la prisión.

Su misión continúa hasta nuestros días:  En 2018 algunos de los miembros españoles de esta Congregación y sus asociados fueron beatificados como mártires.

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