ESTA MAÑANA FUI A DAR MI ÚLTIMO ADIÓS A MI VIEJO AMIGO CARLOS

Eugenio presidió en el funeral de su querido amigo:

“Esta mañana fui a dar mi último adiós a mi viejo amigo Carlos, obispo de Nancy…  Ofrecí el santo sacrificio en presencia de su ataúd. El marqués de Janson y su hijo, al saber de mi llegada, se me unieron en el último deber religioso que iban a rendir a su hermano y tío. El P. Magnan, que me acompañaba, celebró los santos misterios después de mí. Una vez celebrada la misa, me coloqué la capa y cantamos el responso. Después me retiré para no volver a ver a mi amigo, condiscípulo y colega más que en la eternidad, adonde espero que sus oraciones ayuden a hacerme llegar”.

Eugenio reflexiona también en el significado de las cruces en su vida:

“Antes de despedirnos, el Sr. de Janson me rogó aceptar la cruz con reliquia de su hermano, la que acepté como un recuerdo, pues no me faltan cruces, las de obispo y las demás. De las primeras ya tenía cinco. No me sería fácil contar las otras, que son tan numerosas como pesadas, pero Dios en su inmensa bondad sabe aliviar la carga.  Solo en las del corazón las heridas siguen siempre sangrando”.

Diario de Eugenio de Mazenod, Julio 11, 1844, EO XXI

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