MI MEJOR Y VIEJO AMIGO, LE ABRAZO CON TODO MI CORAZÓN, EN EL QUE SE CONCENTRAN LAS POCAS FUERZAS QUE ME QUEDAN

Eugenio sigue narrando los últimos momentos de vida de su amigo Carlos de Forbin Janson.

“Quería ir a Aygalades para ver al obispo [Forbin-Janson], pero vinieron a interrumpirme y hoy ya es demasiado tarde. Cuando salía para ir con él, llegó el abate Sibour para decirme que se sentía mal y creía conveniente avisarme. Salí enseguida, pero en el intervalo el obispo había entregado su alma a Dios. Lo encontré muerto.
 
… Debo decir que el pobre obispo tomó muy bien lo que le dije anteayer y decidió  poner en orden sus asuntos; incluso me mostró muy efusivamente su afecto y tomándome la mano y apoyándola sobre su corazón, me dijo lo que confirmó después al dictar una nota para mí al abate Janse: “Mi mejor y viejo amigo, le abrazo con todo mi corazón en el que se concentran las pocas fuerzas que me quedan. Su viejo amigo Carlos, obispo de Nancy” (Esta fue su última firma, que guardaré en recuerdo de nuestra vieja amistad, de cuarenta años)”.

Diario de Eugenio de Mazenod, Julio 11, 1844, EO XXI

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