LA FAMILIA MAZENODIANA: ES TANTO SUYA COMO MÍA, AL IGUAL QUE DE DIOS Y DE LA IGLESIA

En esta carta al Obispo de Montreal, vemos el fuerte sentido de paternidad de Eugenio en relación a su familia Oblata. Con el Océano Atlántico separándolo de sus Oblatos, está feliz de que el Obispo Bourget también los vea como su familia. Esto tiene mayores implicaciones, pues la familia religiosa de Eugenio pertenece principalmente a Dios y a la Iglesia, y no al Fundador.

“Cada día le tengo el mayor agradecimiento al saber de sus continuas bondades para la familia que su corazón ha adoptado y que a su vez le tiene tanto afecto. Tiene razón en considerarla como propia, pues es tanto suya como mía, al igual que de Dios y de la Iglesia”.

Convencido de que al Obispo de Montreal le preocupaba solo el bien de los Misioneros, Eugenio aceptó que era sabia su decisión de establecer a los Oblatos en Bytown.

“Por consiguiente, solo puedo aprobar todo cuanto juzgue conveniente para realizar la mayor gloria de Dios, a quien todos servimos con tanta dicha. Nadie está en mejores condiciones que usted para juzgar lo que es útil emprender, así que con la misma tranquilidad acepto su propuesta, para el bien de la diócesis de Kingston, para la santificación de sus leñadores y la conversión de los nativos. No puedo expresar el consuelo que me da su carta, en la que me muestra un campo fértil por cultivar. ¿Podría negarme a trabajar en él?

El P. Honorat podrá decirle cuanto agradezco al Señor haberle inspirado esa idea. Le indico al P. Telmon y al P. Lagier acompañarse de un hermano para formar ese tan interesante establecimiento”.

Carta al Obispo Bourget, Obispo de Montreal, Febrero 15, 1844, EO I núm. 31

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