DEBO AGRADECER A DIOS LA SALUD QUE MANTIENE EN MÍ Y PEDIRLE PERDÓN POR EL MAL USO DE 61 AÑOS DE VIDA.

Eugenio nunca dio importancia a la celebración de su cumpleaños.

¡Paciencia! Ya un año más. Hay que dar gracias a Dios por la salud que me conserva y pedirle perdón por el mal empleo de 61 años de vida.

Más bien, se enfocó en el aniversario de su bautismo, al día siguiente. Tenía la costumbre de celebrar este importante día cada año con las Hermanas Capuchinas en su monasterio contemplativo.

Estación acostumbrada en casa de las Capuchinas donde voy a decir la misa de comunidad con ocasión del perdón de san Francisco [la Porciúncula]. Comienzo así siempre mi nuevo año rodeado de las fervientes oraciones de esos ángeles terrestres que tienen tanta caridad y tan gran afecto por mí. Su iglesia estuvo repleta toda la mañana; tan edificante es la concurrencia..

Diario de Eugenio de Mazenod, 2 de agosto de 1843, EO XXI

Esta entrada fue publicada en Uncategorized. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *