ESPERO QUE HAGAS MUCHO, PORQUE AMAS SINCERAMENTE AL BUEN DIOS Y A LA IGLESIA

En la última contribución reflexionamos sobre la carta que Eugenio había redescubierto de su director espiritual durante su tiempo en el seminario, y el entusiasmo que le daba de ser instrumento de Dios en la Iglesia. Continuó citando la carta:

«Le aseguro que no ceso de pensar en usted y de agradecer a Dios la valentía que le da. Espero que usted haga mucho porque ama sinceramente a Dios y a la Iglesia. Lo abrazo de todo corazón y soy totalmente suyo.

Duclaux, 2 de octubre de 1815″

Eugenio luego comenta en su diario:

El Sr. Duclaux fue mi director todo el tiempo que pasé en el seminario. El Sr. Duclaux no solo era un gran teólogo (había sido el primero de su licencia). Sino que era el hombre que mejor hablaba de las cosas espirituales. Encantaba a todo el mundo con las explicaciones diarias que en el seminario daba de la lectura espiritual, y eso manaba con naturalidad. Cualquiera fuere el libro que se leyera, él añadía, de lo suyo, reflexiones que hacían todavía mayor impresión; era un don que nadie poseía como él. Es que ese santo varón estaba lleno del espíritu de Dios en sumo grado.

Esto me hace recordar la reflexión que ponía siempre en las decisiones que se le pedían; por poco importante que fuera la cosa, pedía tiempo para ocuparse de ella ante Dios.

Diario de Eugenio de Mazenod, 30 de julio de 1843, EO XXI

Al leer esta contribución, me lleno de gratitud por las personas que Dios ha puesto en mi vida y que han sido guías y fuentes de ánimo e inspiración. Dediquemos hoy un tiempo a recordar con gratitud a todos los que han hecho esto por nosotros.

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