EL PADRE HONORAT ES TAN SANTO QUE DIOS NO DEJARÁ DE BENDECIR TODAS SUS OBRAS

Así, el Obispo de Montreal escribió al Superior de los misioneros, el Padre Jean Baptiste Honorat.

«Algunos de sus padres juzgaron que su superior no tenía el tacto necesario en este país, donde hay que tener cuidado con muchas cosas en las desafortunadas circunstancias en que nos encontramos.”

Yvon Beaudoin nos explica las «desafortunadas circunstancias»: «Sin duda el Obispo Bourget se refiere a la insurrección de 1837-1838, y como resultado, al Acta de Unión del Bajo y Alto Canadá, votada en el Parlamento inglés en 1840. A través de esta Acta, los canadienses franceses perdieron mucha de la autonomía en su propia provincia. Afortunadamente, Lord Elgin, gobernador general de 1847 a 1854, encontró absurda la idea de anglicizar a los canadienses franceses, revocando la cláusula de la prohibición del francés en el Acta de la Unión.»

El Obispo continuó:

“En efecto, él ha cometido ciertas imprudencias, de las que su corazón recto y sencillo no le permitió prever las consecuencias. Me consultaron sobre si sería conveniente pedir su regreso a Francia, aconsejándoles no hacer nada y apoyarse en la Providencia, que arreglaría todo. Espero no seré defraudado en mi expectativa. El Padre Honorat es tan santo que Dios no dejará de bendecir todas sus obras. Los consejos que le he dado fueron siempre recibidos con respeto y veo con consuelo que está sobre aviso para no dar pie a quienes se aprovechan al querer menospreciar algo que no les agrada.”

Diario de Eugenio de Mazenod, Marzo 20, 1843, EO XXI

Eugenio respondió al Obispo Bourget:

“Sin duda el P. Honorat es tal como le describe, un ángel de candor y sencillez, excelente religioso, lleno del espíritu y las virtudes de su estado. En ocasiones es estricto y su voz también contribuye algo, pero eso es en la superficie porque es bueno y siempre estará accesible a los comentarios que su excelencia quisiera darle…”

Carta a Ignacio Bourget, Obispo de Montreal, Mayo 30, 1843. EO I núm. 18

Aun cuando cometamos errores y en ocasiones tomemos malas decisiones, Dios no dejará de bendecir nuestras buenas intenciones cuando busquemos enmendarnos.

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