LE HE ELEGIDO PARA FORMAR PARTE DE LA COMUNIDAD QUE VA A PLANTAR EL ESTANDARTE DE LA CONGREGACIÓN, QUE ES EL DE LA CRUZ, EN OTRA PARTE DEL MUNDO

Eugenio había consultado con cada miembro de la congregación Oblata antes de aceptar la misión en Canadá. La mayoría de ellos le había expresado su deseo de ir, lo que dificultó la elección. Aquí leemos la carta a uno de ellos, que fue elegido. 

“Mi querido Padre Luciano, dé gracias a Dios. Escuché su deseo y le he elegido para formar parte de la comunidad que va a plantar el estandarte de la Congregación, que es el de la cruz, en otra parte del mundo. Confío plenamente en que usted y sus compañeros serán dignos de su vocación, que harán mucho bien y que honrarán a la Congregación con su abnegación, su celo y su regularidad.”

Ellos fueron los primeros misioneros Oblatos en llegar a un nuevo país.  Las primeras impresiones son las que cuentan y todas las invitaciones misioneras en el futuro dependerían de ello.

“Dependerá de la opinión que den el propagar la familia, no sólo en todo Canadá, sino en otros países de misión listos para la evangelización y a los que solo les faltan los obreros para anunciarles la buena nueva de la salvación.
Serán los primeros en abrir el camino que otros seguirán. Me será difícil consolar a más de uno que esperaba formar parte de la primera colonia. Adiós, sólo tengo el tiempo de abrazarle y bendecirle.
+ C. J. Eugenio, Obispo de Marsella.”

Carta a Lucien Lagier, Agosto 28, 1841, EO I núm. 5

«No se enciende una lámpara para ponerla debajo de un cesto, sino sobre el candelero para que ilumine a todos en la casa. Asimismo, ustedes deben ser luz para los demás, de tal manera que todos puedan ver sus buenas obras y adoren a su Padre que está en los cielos.» (Mateo 5:15-16)

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