SAN EUGENIO, SACERDOTE DE LOS MÁS ABANDONADOS – EN SUS PROPIAS PALABRAS

1812: regresó a Aix como joven sacerdote y vivió en la casa de su madre en el centro de la ciudad.

Mi mayor ocupación será amarle, mi mayor empeño, hacerle amar.

Notas de retiro de diciembre 1812, E.O. XV n. 109

1813: Comienzo de su ministerio entre los más abandonados. Eran aquellos que no eran alcanzados por las estructuras de la Iglesia de Aix: los jóvenes, los presos, la gente de Provenza que no hablaba francés.

Mi única ambición era consagrarme al servicio de los pobres y de la infancia. Hice así mis primeras armas en las cárceles y mi aprendizaje consistió en rodearme de muchachos a los que instruía. Formé a muchos en la virtud. Llegué a ver hasta 280 agrupados a mi alrededor, y los que todavía hoy se mantienen fieles a los principios que tuve el gusto de inculcar en sus almas y honran su fe en los rangos de la sociedad o en el santuario, sostendrán por mucho tiempo, en Aix o en los lugares donde se han dispersado, la fama que esa congregación se había ganado justamente mientras pude brindarle mis cuidados.

Diario del 31 de marzo 1839, E.O. XX

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