Antes de que Eugenio fuera instalado formalmente como Obispo de Marsella fue necesario concluir las extensas formalidades ante el Vaticano y el gobierno francés. La última de ellas fue trasladarse a París para hacer juramento de fidelidad al rey.
Presté juramento de pie y el ministro leía la breve fórmula. Como atención el rey me hizo sentar a su lado.
Diario de Eugenio de Mazenod, Noviembre 30, 1837 EO XVIII
Algunos días después volvió a reunirse con el rey. Eugenio había conocido a la reina treinta años antes, cuando siendo joven se encontraba exiliado en Sicilia.
En esa misma audiencia hablé al rey de la necesidad en Marsella de tener una catedral que correspondiera a la grandeza e importancia de la ciudad. El rey estuvo de acuerdo y no se asustó cuando propuse nos procurara un millón en diez años, a reserva de pedir el triple a las Cámaras, lo que no le dije.
Diario de Eugenio de Mazenod, Diciembre 8, 1837 EO XVIII
Marsella era la segunda ciudad más grande en Francia y el Obispo Eugenio quería asegurarse de tener una catedral adecuada.