Si nos preguntamos cuál es el verbo para el que nos fundó Eugenio, es el de “predicar”. Éste resume la razón de ser de nuestra existencia: predicar el Evangelio a los pobres, llevar a los más abandonados la salvación de Dios. Es por ello que insiste en la capacitación adecuada y la preparación para predicar.
…hacerlo de tal manera, que al salir de nuestra predicación no sean tentados a admirar tontamente lo que no han comprendido
sino que vuelvan edificados, conmovidos, instruidos.
capaces de repetir en el seno de su familia lo que han aprendido de nuestra boca…
Regla de 1818, Capítulo 3, §1. De la predicación
A los jóvenes Oblatos se les instruía en asimilar la Palabra de Dios como base en la preparación de los sermones y se les daba la oportunidad de practicar anunciando la Palabra en la iglesia.
… Haremos predicar a nuestros subdiáconos el domingo y te aseguro me han gustado mucho los que escuché estos dos domingos. Mille ha estado excelente y Clément muy bien; no lo habría esperado de no haberme prevenido que estaría complacido. El próximo domingo será tumo de Pons, el día de Navidad de Paris, y el segundo día de fiesta de nuevo Mille, que no ha comenzado aún a prepararse, lo que prueba que compone con mucha facilidad..
Carta a Hippolyte Courtès, Diciembre 14, 1829, EO VII núm. 340
Si acaso la Familia Mazenodiana pensara que ello se refiere solo a los sacerdotes y diáconos, recordemos que la vocación de cada uno de nosotros es proclamar la Palabra de Dios a través de la calidad de nuestras palabras y acciones en las actividades cotidianas. Como miembros de la familia Mazenodiana, nuestro verbo es “predicar” y para poder hacerlo, necesitamos asimilar la Palabra de Dios, permitiéndole permearnos cada día. (cf. http://www.eugenedemazenod.net/?p=1368 )