LA FE, SOLO LA FE, CON LA ESPERANZA DE VOLVER A VERTE EN EL SENO DE DIOS, PUEDE ALIGERAR NUESTRA PENA

Nueve años después, en el aniversario del fallecimiento de su sobrina Nathalie, Eugenio reflexiona en su diario sobre el suceso

14 de noviembre: ¡Doloroso aniversario! Angélica Natalia, te recordé en la santa Misa para agradecer a Dios las virtudes con las que adornó tu hermosa alma y por la gloria que te ha dado. Te veo en el cielo, donde reinas desde que tu creador te llamó para evitarte la malicia y la corrupción del mundo en el que estuviste brevemente, para que todos los que te conocimos lo sintamos. Pero te amábamos tan tiernamente, que esperábamos unos años de felicidad en nuestro cariño mutuo, ¿cómo consolarnos de tu pérdida? El sentimiento sigue tan vivo y tan amargo, como el día de doloroso recuerdo en el que nos fuiste arrebatada. La fe, sólo la fe, con la esperanza de volver a verte en el seno de Dios, puede aligerar nuestra pena.

Diario, Noviembre 14, 1838, EO XIX

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