“A través de los ojos del Salvador crucificado” – la comprensión del amor de Dios por Eugenio cambió su vida.
Al terminar el proceso de discernimiento, no había dudas ya en Eugenio. El Salvador, cuyo amor había experimentado desde la cruz, le desafiaba a responder con un amor similar: “dedicar su ser de una forma especial a Su servicio” como sacerdote.
La mirada del Salvador había llevado a Eugenio a mirar el mundo a través de Sus ojos, a responder por consiguiente: dedicar su vida a “la salvación de las almas que había rescatado por Su preciosa sangre.”
Anuncia su decisión a su madre– una decisión con determinación, que mantuvo y nunca lamentó en los siguientes 53 años de su vida:
Lo que quiere de mí es renunciar a un mundo en el que es casi imposible salvarse, dada la apostasía reinante, que me entregue más especialmente a su servicio con el fin de reavivar la fe que se extingue entre los pobres. En una palabra, que me disponga a cumplir toda orden que me dé para su gloria y para la salvación de las almas que ha rescatado con su preciosa sangre.
Carta a su madre, Junio 29, 1808, EO XIV núm. 27
Gracias a la visión de Eugenio y su valiente respuesta, es que podemos celebrar su fruto hoy en día y seguir aplicándola en toda situación.
“Para tener éxito en tu misión, debes tener devoción y determinación hacia tu meta.” A. Kalam