NUESTRO BICENTENARIO: RECORDANDO QUE SOMOS NECESARIOS PARA LA TAREA QUE EL SEÑOR INSPIRÓ A EUGENIO A EMPRENDER

Dios inspiró a Eugenio para iniciar una congregación misionera y Dios invita a otros a realizar lo necesario para tener éxito en su misión. La invitación a Tempier continúa a través de los años para todos aquellos que se sientan llamados a participar en el carisma y la espiritualidad de Eugenio. No es cuestión de un capricho pasajero, sino una convicción que los más abandonados necesitan para cambiar sus vidas.

Pues bien, querido, le digo sin entrar en más detalles, que es usted necesario para la obra que el Señor nos ha inspirado emprender.
Convencido el jefe de la Iglesia, que en el desdichado estado en que se encuentra Francia, sólo las misiones populares pueden devolver a los pueblos la fe que de hecho han abandonado, los buenos eclesiásticos de diferentes diócesis se reúnen para secundar los proyectos del supremo Pastor.
Hemos sentido la indispensable necesidad de emplear ese remedio en nuestras regiones, y llenos de confianza en la bondad de la Providencia, hemos puesto los cimientos de un establecimiento que proporcionará a nuestras campiñas fervorosos misioneros.

Carta a Henri Tempier, Octubre 9, 1815, E.O. VI n 4

A lo largo de nuestra vida, los diferentes Papas han identificado lugares y circunstancias donde la “situación es desdichada.” Hoy en día, el Papa Francisco continúa esta tradición sin lugar a dudas. Prácticamente a diario al escuchar al Papa Francisco, somos invitados a tomar conciencia y a responder, escucho también el eco de la voz de Eugenio. Ellos dos están centrados en la Cruz y en la predilección del Salvador por los más abandonados. Es por ello que Eugenio “puso los cimientos de un establecimiento que proporcionará a nuestras campiñas fervorosos misioneros.” Ambos nos invitan a la celebración del aniversario de nuestra fundación con un compromiso renovado hacia la Cruz y la predilección del Salvador por los más abandonados.

Nuestra Regla de Vida hace eco a la invitación:

“El llamamiento de Jesucristo, que se deja oír en la Iglesia a través de las necesidades de salvación de los hombres, congrega a los Misioneros Oblatos de María Inmaculada.”  CC&RR, Constitución 1

”Nuestra misión, en efecto, nos lleva a todas partes, principalmente hacia aquellos cuya condición está pidiendo a gritos una esperanza y una salvación que sólo Cristo puede ofrecer con plenitud. Son los pobres en sus múltiples aspectos: a ellos van nuestras preferencias.”   CC&RR, Constitución 5

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