APROBACIÓN PAPAL: RECONOCIMIENTO DE SU MINISTERIO COMO RELIGIOSOS

PAPA LEÓN XII
PARA EL RECUERDO FUTURO DEL SUCESO
Esta Sociedad ha marcado como objetivo los siguientes puntos: sus miembros, quienes están obligados por los votos simples pero perpetuos de pobreza, castidad, obediencia y perseverancia en el Instituto mismo, (de cuyos votos no pueden ser dispensados, excepto por el Superior General o el Pontífice Romano)  se dedican en forma primordial a la tarea de la predicación de misiones a las clases más pobres, en idioma común, en especial en los lugares faltos de la ayuda de la religión; asisten al clero proporcionándoles capacitación adecuada en los seminarios y estando constantemente listos a apoyar a los sacerdotes en las parroquias y a otros pastores en la tarea de enmendar los valores morales de la gente, a través de la predicación y otros ejercicios espirituales; en forma generosa tienen un especial cuidado de los jóvenes, luchando por apartar a esta parte elegida del pueblo cristiano de las seducciones del mundo, formándoles en asociaciones piadosas; por último, predican la sagrada palabra y administran los sacramentos a quienes se encuentran en prisión y acompañan al cadalso a los condenados a muerte. Cuando los grandes beneficios provenientes de esta Sociedad fueron percibidos por todos, sus sacerdotes pronto llegaron a dispersarse a lo largo y ancho, por lo que en este momento cuentan con cuatro casas y un hospicio, ejerciendo su sagrado ministerio en seis diócesis.  Atienden los hospitales de Aix, al igual que las prisiones de la ciudad y en Marsella. Actualmente han sido invitados para tomar la dirección de varios seminarios diocesanos en varias localidades.
…Otorgado en Roma, en San Pedro, bajo el Anillo del Pescador, el vigésimo primer día de marzo, 1826, en el tercer año de Nuestro Pontificado. 
Papa León XII

Carta Apostólica de Aprobación, Marzo 21, 1826, Missions O.M.I., n° 280 (1952), págs. 118, 138.

 Cuán felíz y satisfecho debió estar Eugenio al ver que la Iglesia reconocía los objetivos misioneros que los Oblatos habían practicado en los 10 años de su existencia:

Llevar a los hombres a sentimientos humanos, luego cristianos, y ayudarles finalmente a hacerse santos.
Tales son los frutos copiosos de salvación que pueden resultar del trabajo de los sacerdotes a quienes el Señor inspiró la idea de reunirse en sociedad para dedicarse más eficazmente a la salvación de las almas y a la propia santificación, si desempeñan con dignidad su ministerio y responden santamente a su excelsa vocación.

Prefacio de las CC&RR

 

“El amor comienza en casa, y no se trata de cuánto hagamos… sino de cuánto amor pongamos en la tarea.”    Madre Teresa

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