TRATANDO DE ACORTAR EL PROCESO POR TODOS LOS MEDIOS POSIBLES

Nuestra narración de los sucesos continúa a través de esta carta que Eugenio dirigió a quienes manejaban el expediente Oblato.

Con confianza me dirijo a Su Eminencia para suplicarle presentar a nuestro Santo Padre el Papa, la humilde solicitud que las circunstancias me obligan a hacer. 

Eugenio continúa hablando del apoyo que el Papa dio a su solicitud de aprobación y el proceso que había descrito. Sin embargo, el proceso sería extenso, si cada uno de los diez cardenales hubiera de estudiar la Regla de los Oblatos.

Pero veo con mucha pena que siguiendo el proceso normal, pasarán varios meses hasta que los eminentísimos cardenales que forman la congregación de Obispos y Regulares hayan examinado las Reglas, bastante voluminosas, que en este momento están en manos de Su Eminencia el Señor cardenal Pedicini.

Eugenio enfatiza que no se trata de una cuestión humana lo que lo lleva a querer que el proceso sea terminado lo antes posible, sino que se trata de las misiones predicadas en el año del Jubileo en Francia:

En otras circunstancias, esperaría pacientemente el resultado de su prolongado trabajo; pero está por abrirse el jubileo en Francia. Su Eminencia sabe que los jubileos se realizan ahí al estilo de misiones, es decir, se predica dos veces al día durante un mes seguido en los diversos lugares. Es por ello, que la diócesis de la que soy vicario general requiere mi atención. La escasez de sacerdotes capacitados para anunciar la palabra de Dios, exige que a quienes el Señor ha dado facilidad, muestren buena voluntad. Soy uno de ellos, y por mi posición, mi presencia será tal vez necesaria para que con otros, podamos prestar servicio, pues solos serán de menor utilidad.

Teniendo en mente la importancia del proceso en Roma, Eugenio confirma estar preparado para quedarse y cumplir con todos los requisitos necesarios, sin importar cuánto puedan tardar.

Por otra parte, el asunto esencial que me ha traído a la Santa Sede, es de suma importancia a la religión como para abandonarlo. Mi deber es con nuestra Sociedad y todas sus obras, por lo que le debo toda mi dedicación para seguir los designios de la divina Providencia.

Eugenio pidió al Cardenal Pacca acercarse al Papa para acortar el proceso y tener sólo un par de cardenales para hacer el estudio:

Nuestro Santo Padre el Papa podría revisar precedentes que él puede cancelar. Sugeriría que Su Eminencia el cardenal Pedicini, después de examinar escrupulosamente las Reglas y Constituciones de nuestra Sociedad, hiciera un informe de ello a Su Eminencia, como prefecto de la sagrada congregación, y que él a su vez y después de añadir sus reflexiones, lo entregara a Su Santidad, para que el Santo Padre tome una decisión. 

Carta al Cardenal Bartolomeo Pacca, Prefecto de la Sagrada Congregación de Obispos y Regulares, en Roma, Enero 7, 1826, EO XIII núm. 52

 

“El valor, y no la transigencia, atrae la sonrisa de la aprobación de Dios.”     Thomas S. Monson

Esta entrada ha sido publicada en cartas y etiquetada como . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *