QUE PUEDA GOZAR DEL NACIMIENTO DE UN HOMBRE Y DE UN SANTO EN LA FAMILIA QUERIDA DE DIOS

El padre y fundador de los Oblatos se regocijó al recibir una carta de Joseph-Hippolyte Guibert, en la que le informaba hacer superado la crisis, encontrarse en paz y seguir su vocación.

La carta que habéis tenido la ocasión de escribirme y que el P. Courtés ha incluido en la suya me ha consolado algo, porque descubro en medio de vuestras expresiones y de los buenos sentimientos que demostráis, los signos muy marcados de esa gracia que os ha prevenido, y a la que no queréis ser infiel…
Adiós mi muy querido amigo; pido a Dios que después de haber probado los dolores del alumbramiento, pueda gozar del nacimiento de un hombre y de un santo en la familia querida de Dios y de la cual el padre os ama en proporción de lo que contáis a su corazón.

Carta a Joseph-Hippolyte Guibert, Junio 26, 1823, EO VI núm. 109

 

‘Trata de dar tu día a Dios. Continúa diciendo “Se hará tu voluntad, no la mía”. Da todo tu corazón y tiempo a Dios y permítele decirte qué hacer, adonde ir, cuándo y cómo responder. Dios no quiere que te destruyas. Estar exhausto y deprimido no son señales de que estés haciendo la voluntad de Dios. Dios es gentil y amoroso. Dios desea darte un profundo sentido de seguridad en Su amor. Una vez que te hayas permitido experimentar ese amor por completo, podrás discernir mejor a quién se te envía en Su nombre”.   Henri J. M. Nouwen

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