Finalmente, toda la documentación había sido completada y Fortuné de Mazenod fue ordenado obispo en París el 6 de julio de 1823. Eugenio en su carta a Tempier el día anterior al evento, le dice:
Por esta vez, usaré un derecho cuyo nombre apenas encuentro, tanto he perdido la facultad de utilizarlo; me he reservado mi libertad. Colocado en la tribuna gozaré a gusto de un espectáculo estremecedor para mí y abandonaré mi alma al espíritu de Dios para que dirija los sentimientos según su beneplácito con la esperanza de sacar tanto provecho como consuelo.
Carta a Henri Tempier, Julio 5, 1823, EO VI núm. 110
En nuestra exploración cronológica de los escritos de Eugenio, este texto nos recuerda que Eugenio y su tío habían permanecido en París por más de 5 meses para arreglar el restablecimiento de la Diócesis de Marsella y la ordenación de Fortuné. Sin embargo, aún más importante es la actitud de oración con la que Eugenio llegó a la ceremonia de la ordenación. Habría tenido fuertes emociones, pero optó por eliminarlas y estar receptivo a lo que Dios deseaba inspirarle durante la ceremonia.
“Lo que sembremos en la tierra de la contemplación, alcanzaremos en la cosecha de la acción”. Meister Eckhart