“Una revolución es siempre algo triste. Aceptamos todo de la mano de Dios, quien nos dará fuerza para soportar las pruebas que nos reserva. Redoble sus oraciones por nosotros, que estaremos en la brecha y que pacíficamente, dé su tranquilidad para bien servir a Dios y a la Iglesia.
Carta al P. Augustin Gaudet en Montreal, Canadá, Abril 29, 1848, EO I núm. 94
Hubenig nos da el contexto de los sucesos de 1848 en Francia.
“Émile Olivier estableció en Marsella un consejo gubernamental de conciliación para atender las quejas de los trabajadores, que fue la primera de su tipo en Francia. Sin embargo, tal vez la medida más osada del nuevo gobierno fueron los “ateliers nationaux”, talleres nacionales socializados que tenían la intención de aminorar el hambre de los pobres en París. La idea del socialista Louis Blanc, fue emplear a cerca de cincuenta o sesenta mil hombres y mujeres desempleados en grandes industrias dirigidas por los trabajadores, todos recibiendo dos francos al día. Desafortunadamente, la falta de preparación, planeación y de conocimiento técnico, combinado con un verdadero sabotaje burgués, marcó el fracaso del proyecto casi desde su inicio.
Para finales de mayo, los trabajadores estaban más y más frustrados, dando al gobierno tres meses en los que estaban listos para apretarse más el cinturón, pero querían ver resultados. Al empeorar su suerte debido al pánico en los sectores económicos e industriales, el ambiente se tornó ríspido”. (Living in the Spirit’s Fire extractos de las páginas 165 – 166).
REFLEXIÓN
“Cuando la Revolución Industrial del Siglo XIX incrementó rápidamente la riqueza, los trabajadores exigieron una parte justa de la bonanza que estaban generando y solo fue concedida tras disturbios y huelgas”. (J. Orr)
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La violencia del día anterior había sido suprimida y el Obispo Eugenio encabezó un servicio de acción de gracias. La ciudad y sus habitantes estaban bajo la protección de «la Bonne Mère» (la Buena Madre), cuyo santuario se alzaba en la colina más alta de Marsella.
“Subí al santuario Nuestra Señora de la Guardia y celebré una misa de acción de gracias por haber sido salvaguardado, al igual que toda nuestra ciudad que está bajo la protección de esta Buena Madre, de la catástrofe que los bandidos nos habían preparado”.
Diario de Eugenio de Mazenod, Abril 29, 1848, EO XXI
REFLEXIÓN
«Confiemos a su intercesión nuestra oración diaria por la paz, en especial los lugares donde es más feroz la lógica sin sentido de la violencia, para que toda la gente se convenza de que en este mundo todos debemos ayudarnos mutuamente, como hermanos y hermanas, y construir la civilización del amor”. (Papa Benedicto XVI)
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“Aviso de que los tipos malos, furiosos por el resultado de las elecciones que atribuyen a la influencia del obispo y del clero, vendrán esta tarde para romper los cristales del palacio episcopal y a incomodarme. Por ello no saldré de mi casa y los aguardo con pie firme”.
Diario de Eugenio de Mazenod, Abril 27, 1848, EO XXI
Al día siguiente escribió:
“Dios acaba de salvarnos de una gran desgracia. Era muy distinto a romper los cristales lo que se proponían los canallas a las órdenes de ciertos agitadores. En el complot que fue descubierto, se trataba nada menos que de incendiar el puerto y el obispado, y al llegar a prestar auxilio, se proponían saquear primero el Monte de Piedad y la ciudad entera, además de que el robo y asesinato habrían sido parte del horrible desorden. Los invocados se habían reunido en una casa en una calle paralela a la avenida de las Capuchinas y fue allí donde la guardia nacional, que ya había arrestado a algunos de ellos que iban a la cita, apresó a un gran número que estaban armados hasta los dientes y provistos de teas incendiarias. Los periódicos están llenos de detalles de esta atroz conspiración“.
Diario de Eugenio de Mazenod, Abril 28, 1848, EO XXI
REFLEXIÓN
“¿Qué ha logrado la violencia? ¿Qué ha creado alguna vez? Ninguna causa de un mártir ha sido silenciada por la bala de un asesino. Ningún agravio ha sido corregido por los motines y desórdenes civiles. Un francotirador es solo un cobarde, no un héroe; y una turba sin control o incontrolable solo es la voz de la ira, no de las personas”. (Robert Kennedy)
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“Santo día de Pascua. Elecciones Generales. Ningún servicio pontifical ni misa mayor. Acudí a votar por primera vez desde que soy obispo”.
Diario de Eugenio de Mazenod, Abril 23, 1848, EO XXI
A pesar del incremento en la euforia del Partido Republicano, las clases más influyentes habían cambiado al Partido del Orden, que era de derecha y conservador, y que obtuvo una victoria abrumadora. La mayoría del clero francés también había apoyado ese cambio, incluyendo al Obispo Eugenio. Luis Napoleón, sobrino de Napoleón I, se convirtió en el Presidente de la Segunda República.
REFLEXIÓN
«Cuando hayas entrado en la tierra que el Señor tu Dios te da y la hayas ocupado y vivas en ella; si quieres tener un rey como las naciones de alrededor, nombrarás rey a quien elija el Señor tu Dios. (Deuteronomio 17:14 -15)
«Organizar elecciones libres y justas es más importante que su resultado mismo». (Fatos Nano)
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“El domingo de las Elecciones Generales los fieles harán su mayor esfuerzo para compaginar el deber de escuchar Misa con el de votar; para quienes les sea imposible, quedarán exentos de la obligación de asistir a Misa, ante la importancia primordial de su deber electoral. Los párrocos les explicarán lo anterior y programarán Misa para las horas más convenientes”.
Carta Pastoral del Obispo de Marsella, en ocasión de las elecciones generales y próxima apertura de la Asamblea Nacional, Marzo 20, 1848
REFLEXIÓN
A continuación vemos el comentario de René Motte, OMI, al respecto:
“Las elecciones se realizaron en el pueblo principal del cantón, lo que obligaba a los habitantes de las aldeas a ocupar mucho tiempo en trasladarse al centro de votación y volver a casa a pie o en carreta. Fue por ello que el Obispo de Mazenod dispensó de la Misa dominical a quienes no pudieran cumplir con los dos deberes: la Misa dominical y la votación. Además, ese domingo, 23 de abril de 1848, fue Domingo de Pascua, y sabemos era para el Obispo de Mazenod, la Pascua era el centro del año litúrgico.
Podemos admirar la libertad de San Eugenio, quien coloca la responsabilidad por los pobres, por lo tanto de su dignidad, sobre la observación del rito religioso, aun cuando sea de la mayor importancia: la Misa del Domingo de Pascua. Este ejemplo nos invita además a reflexionar en la escala de valores que dirige nuestras vidas; la dignidad de los pobres ante una ley importante. Debemos realmente ser libres para elegir”.
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“Exhortamos a todos ustedes a hacerlo, confiando en que este gran acto de su vida social se realizará ante la mirada del Señor, en un espíritu de deber y según el llamado de la consciencia firmemente encaminada al amor fraterno mutuo, sin excepción”.
Carta Pastoral del Obispo de Marsella, en ocasión de las elecciones generales y próxima apertura de la Asamblea Nacional, Marzo 20, 1848
El Obispo Eugenio no sugirió ningún candidato por quien votar; la elección era según la consciencia de cada persona, aunque lo que da luz y guía a la consciencia, es el llamado a la caridad.
REFLEXIÓN
«El voto es el instrumento más poderoso alguna vez ideado por el hombre para vencer a la injusticia y destruir los terribles muros que le aprisionan por ser diferente a otros hombres”. (Lyndon B. Johnson)
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“Por lo tanto queridos hermanos, pedirán al cielo con sus súplicas más fervientes, pero sin evitar expresar piedad y confianza al pie de los altares y sin descuidar otro tipo de obligaciones que se les impongan en nombre de Francia; ejercerán la acción legal que les pertenece y dejarán su voto en la urna, desde la cual, hablando humanamente, emergerá la salvación de la patria”.
Carta Pastoral del Obispo de Marsella, en ocasión de las elecciones generales y próxima apertura de la Asamblea Nacional, Marzo 20, 1848
REFLEXIÓN
“La participación en la soberanía del Estado, ejercida por la ciudadanía entera al votar en las elecciones, es uno de los derechos de mayor importancia del individuo, y en una república debería ser lo primordial ante la ley”. (Thomas Jefferson)
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“La religión, cuyos intereses están por encima de este mundo, tanto como el alma está por encima del cuerpo, también nos nuestra su causa sagrada, vinculada muy de cerca a la del país…
¡Que el Señor conceda a Su Iglesia que la justicia inspire todas las decisiones a las que estaremos sujetos! Y así, en su contacto con las nuevas instituciones o en su actitud confiada hacia ellas, pueda comunicarles algo de la virtud esencial que proviene de su seno, lo dañado en la sociedad será curado y la aprobación divina llegará a lo que habrá de perdurar. Entonces, y solo entonces, la mirada de Dios se posará con complacencia en la obra de Su misericordia, como fue cuando vio la tarea de Su palabra creativa “y vio Dios que era bueno” (Gen 1:10) y la bendición celestial bajará con poder y sin cesar para que la paz reine con fuerza entre nosotros, al igual que la abundancia y la prosperidad, bajo la protección de nuestras leyes: «Reine la paz dentro de tus muros, la prosperidad en tus palacios!». (Ed Salmo 122:7)
Carta Pastoral del Obispo de Marsella, en ocasión de las elecciones generales y próxima apertura de la Asamblea Nacional, Marzo 20, 1848
REFLEXIÓN
“En un mundo que pudiera decir que el voto no importa…sí tiene importancia, pues cada persona tiene un valor infinito para Dios… Tu voto es una declaración de tu importancia como persona y como ciudadano”. (Dr. James Dobson)
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Eugenio vio en forma positiva los eventos que ocurrían en Francia, como una contribución al participar en los planes de Dios por la salvación de todos.
“Aunque para que la mano del Todopoderoso nos muestre a todos los planos divinos diseñados por toda la eternidad y asegurar su realización perfecta, debemos asegurar que el Creador “desde lo alto riegue las montañas», quien en tiempo de los Apóstoles «renueva la superficie de la tierra» (Salmo 103-104,30), y llegue a los hombres elegidos en representación de la nación y les de la sabiduría y fortaleza que proviene de Él”.
Carta Pastoral del Obispo de Marsella, en ocasión de las elecciones generales y próxima apertura de la Asamblea Nacional, Marzo 20, 1848
REFLEXIÓN
«¿Eres un político preguntando qué puede hacer tu país por ti, o una persona con celo que pregunta qué puedes hacer por tu país? Si eres el primero, se trata de un parásito, si el segundo, eres un oasis en el desierto”. (Khalil Gibran)
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La Asamblea Nacional redactaría una nueva constitución, que Eugenio imaginaba como una edificación invisible abarcando a todos los ciudadanos franceses. Sus constructores y protectores serían los políticos en la Asamblea Nacional e invitó a los habitantes de Marsella a ver el papel de Dios en el proceso de construcción.
“Una nueva estructura está por erigirse, colocando a los hijos de Francia bajo su techo como una sola familia. ¿Podemos no pedir al Señor “que edifique la casa, si en vano trabajan los albañiles?” (Salmo 126-127,1)
Al construirse una nueva ciudad, en la que habitaremos ¿no es acaso necesario que, después de inspirar y dar poder a los constructores, “el Señor custodie la ciudad”, pues sin él “en vano vigila el centinela?” (Salmo 126-127, 2)
Así es, mis queridísimos hermanos, aquéllos que trabajarán en la constitución de Francia, son llamados a convertirse, de cumplir fiel y santamente su encomienda, en los cooperadores de una Providencia misericordiosa, en los instrumentos visibles de su intervención. Así serán luego “los ministros de Dios para el bien”. ¡Qué misión tan importante, y cuán interesados estamos en su dedicación sin reserva a ello, animados por el celo más sincero y generoso por la patria”. Que cumplan con alegría esta gloriosa misión, según los amorosos planes de nuestro “Padre, que está en el cielo!” (Mt 6:9)
Carta Pastoral del Obispo de Marsella, en ocasión de las elecciones generales y próxima apertura de la Asamblea Nacional, Marzo 20, 1848
REFLEXIÓN
“Que cada ciudadano recuerde al momento de entregar su voto… que ejerce una de las confianzas más solemnes en la sociedad, por la que es responsable ante Dios y su país”. (Samuel Adams)
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