MIÉRCOLES DE SEMANA SANTA: ENTRAR EN LA PASCUA EN NUESTRAS VIDAS

“Y Él respondió: «Vayan a la ciudad, a cierto hombre, y díganle: “El Maestro dice: ‘Mi tiempo está cerca; quiero celebrar la Pascua en tu casa con Mis discípulos’”». 19 Entonces los discípulos hicieron como Jesús les había mandado, y prepararon la Pascua. (Mateo 26: 18-19)

Cuando leo los escritos de San Eugenio, oigo constantemente ecos de su experiencia del Viernes Santo, de su fragilidad y de su conciencia del amor sanador de Dios. Fue una convicción que nunca le abandonó y que estuvo en la base de todo su ministerio: conducir a los demás a su misma experiencia.

San Eugenio conoció la oscuridad y la aparente falta de esperanza muchas veces en su vida. Sin embargo, reconocía que en esos momentos oscuros, su Salvador estaba presente, y dio testimonio de ello constantemente en sus escritos. Sólo un ejemplo:

Por lo demás, aunque tristemente, sigo mi camino, poniendo únicamente mi confianza en Dios. Amémosle cada vez más.

Carta a Forbin-Janson, el 12 de septiembre 1814, E.O. XV n 128

 Regla de Vida OMI, Constitución 32:

:Como misioneros, alabamos al Señor según las variadas inspiraciones del Espíritu: llevamos ante Él la carga cotidiana de nuestra preocupación por aquellos a quienes somos enviados (cf. 2 Cor 11, 28). Nuestra vida entera es oración para que el Reino venga a nosotros y por nosotros.»

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