REGOCIJARSE PENSANDO EN QUE TAL VEZ NO HAYA CONGREGACIÓN EN LA IGLESIA, QUE DEBIDO A SU NÚMERO DE INDIVIDUOS, HAGA TANTO BIEN COMO LA NUESTRA

Es notorio el entusiasmo del celo misionero de Eugenio al describir una carta del Padre Ambrose Vincens, quien era el maestro de novicios y superior local en ND de L’Osier:

“Carta del P. Vincens, muy satisfactoria por los detalles que me ofrece acerca de varias de sus misiones y obras en el invierno. De verdad es admirable todo el trabajo realizado por el ministerio de nuestra congregación. Al juntar todos los reportes que recibo de Córcega, de América y de los diferentes lugares de Francia e Inglaterra, se ve que hay que alabar a Dios por su misericordia y regocijarse pensando en que tal vez no haya congregación en la Iglesia, que debido a su número de individuos, haga tanto bien como la nuestra”.

Diario de Eugenio de Mazenod, Abril 2, 1845, EO XXI

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