OTTAWA PREVIO A LA LLEGADA DE LOS OBLATOS

Solo tres años antes de su llegada a Canadá, los Oblatos eran invitados a muchas diócesis. Una de las solicitudes fue para establecer una comunidad en Bytown (actualmente Ottawa). Eugenio se dio cuenta de su importancia y respondió afirmativamente.  Antes de comenzar a seguir la misión de los Oblatos en el lugar, veamos algunos antecedentes.

“Al Obispo Bourget le preocupaba la parte oeste de su vasta diócesis, que había visitado en octubre de 1840. Cubría la parte norte del río Ottawa. En inglés de esa época se conocía al “Gran” río como río Ottawa. Más adelante se conocería en francés como “Outaouais” en el Bajo Canadá (que después sería Quebec). La parte sur del río se conocía como Alto Canadá (más adelante Ontario). El territorio estaba cubierto por pueblos nativos diseminados hasta Temiscamingue y James Bay, que se abría a la colonización e industria maderera.

En 1791 una comisión del Gobierno había recomendado establecer un pueblo en la unión de los ríos Ottawa y Rideau, cerca de la desembocadura del río Gatineau. (Ver L. Breault, Ottawa, capitale du Canada de ses origines à nos jours, Ottawa, Éditions de l’Université d’Ottawa, 1942, pp. 56-57). En 1800 un pequeño grupo de silvicultores de los Estados Unidos se estableció junto a la catarata Chaudière, en lo que después sería el pueblo Hull. En 1826 el gobierno solicitó al coronel By construir un canal con exclusas, que conectara el río Ottawa con el Saint Lawrence y buscara algún lugar con miras a construir una nueva ciudad. Nos dicen que Bytown pronto adquirió una reputación poco envidiable. “El centro del canal, lugar de reunión de los taladores, pronto fue escenario del desorden ocasionado por el odio racial y antagonismo religioso, abuso de bebidas alcohólicas y a menudo lugar donde se usaba la fuerza”. (Ibid. pág. 64).

De 1827 a 1842, cerca de una docena de sacerdotes pasaron períodos cortos en ese turbulento ambiente. Así, en 1842 y hasta la llegada de los Oblatos, el sacerdote residente fue el Padre Patricio Phelan, futuro coadjutor de Kingston. Además de la parroquia principal, había una docena de misiones diseminadas en toda el área circundante. El éxito del ministerio misionero de los Oblatos en los alrededores de Montreal inspiró al Obispo Bourget a encomendarles la vasta área en desarrollo. Sin embargo, puesto que Bytown se encontraba en el lado de Kingston, pronto comentó su visión al respecto, tanto a los Oblatos como al Obispo Phelan.

Escribió al Obispo de Mazenod el 19 de octubre de 1843: “Es cuestión de encontrarles un nuevo lugar en la diócesis de Kingston, llamado Bytown… Este pueblo está en el centro de todas las rutas de comunicación del Gran río, conocido como Ottawa. Es ahí adonde llegan miles de hombres para talar los bosques que crecen a lo largo de este hermoso y maravilloso río. Todos ellos merecen el celo de sus hijos. De ese lugar los hombres habrán de salir para evangelizar a quienes llamamos los “chantiers” (campos madereros)… Además, a cerca de 60 u 80 leguas de ahí se encuentran los campos de cacería de los pueblos nativos… Los misioneros que trabajen para su conversión, requerirán un establecimiento central desde donde viajar para estar con esos infieles y a donde volver para trabajar por la salvación de los blancos… En este momento Bytown ofrece esta maravillosa ventaja”. (Registre des lettres, Vol. 3, pp. 206-208, Archbishop’s House, Montreal)”.

Alexandre Taché, o.m.i. https://www.omiworld.org/es/lemma/ottawa-diocesis-de-1844-1861/

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