OBRAS DE CARIDAD: ESTA NO SERÍA LA ÚLTIMA

 Eugenio, como Misionero Oblato, al «ver al mundo a través de los ojos de Cristo Crucificado» siempre estuvo cerca de la gente de su diócesis y al tanto de sus necesidades espirituales y materiales, a las que respondió estableciendo varias Obras de Caridad para los diferentes grupos de personas.

“Al explicar el fin de esta obra, no temí anunciar a quienes podrían extrañarse de la propuesta de una nueva, que no sería la última”.

Diario de Eugenio de Mazenod, Enero 31,1845, EO XXI

Esta declaración es importante, pues presenta tres marcas distintivas del alcance episcopal de Eugenio a las necesidades de su gente:

1/ En primer lugar, su respuesta práctica a las necesidades de grupos específicos de personas, siempre fue crear una obra de caridad. En este caso, fue la «Oeuvre des Domestiques» (Obra de las Empleadas Domésticas). Aclara que continuará el proceso por el resto de su vida.

2/ En segundo lugar, el día de la entrada en su diario, había ido a la Capilla de la Misión de Francia, que había convertido en un centro de reuniones para todas las obras de caridad que carecían de un lugar especial para reunirse, brindando así la estructura y administración para todos los grupos que estableció y que involucraba a tantas personas como fuera posible para encargarse de una necesidad en particular.

3/ En tercer lugar, era creativo al responder y deseaba que participaran tantas personas como fuera  posible. Para apoyar el trabajo de los laicos, buscó llevar a la diócesis a las congregaciones religiosas enfocadas a grupos específicos de necesitados. Cuando ninguna estaba disponible, se convertía en el instrumento y fundaba nuevas congregaciones religiosas en su diócesis. A esto se refiere la entrada de hoy en su diario.

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