CONFÍO ESE INTERÉS A MARÍA

«Cuando Mons. Guibert llegó a la diócesis de Viviers en 1842, el abate Deschanels, capellán del santuario, pedía ayuda. Además, los padres jesuitas de la casa de Lalouvesc no se daban abasto para responder a las peticiones de misiones parroquiales. Mons. Guibert, muy apegado a su familia religiosa, decidió confiarles la atención del santuario y las misiones en una parte de su diócesis. El consejo general aceptó con agrado esa obra que tan bien correspondía a los fines de la Congregación. Leemos en el acta de la sesión del 14 de enero de 1845: «Es un santuario de María, nuestra santa Madre y Patrona, que se trata de realzar y adonde nuestra Congregación está llamada para realizar el mismo bien que en los otros lugares de peregrinación que se le han confiado […] Al estar en los límites de las diócesis de Viviers, de Nîmes y de Mende, la casa será digna del celo de los nuestros que van a conformar el personal […]” (https://www.omiworld.org/es/lemma/notre-dame-de-bon-secours-1845-1994-es/)

El santuario no solo abarcaría los aspectos del carisma Oblato en cuanto a la predicación de misiones parroquiales y un centro permanente de misión de devoción Mariana, sino que además traería nuevas vocaciones a los Oblatos para ser enviados a Canadá como misioneros. Eugenio lo narra por carta al Obispo de Montreal:

“Crea mi querido Señor, que he sacrificado cuanto he podido para seguir los designios del Señor para la santificación de las almas de nuestros queridos canadienses, de los Obispos de esas regiones del Norte y de los indígenas. No tengo que privarme en Europa de enriquecer la familia con buenos sujetos. Para lograr vocaciones hay que darse a conocer en diócesis diferentes a aquellas que nos proporcionaron vocaciones y que se han agotado. Hace años que me han propuesto el servicio del santuario de la Santísima Virgen, desde donde nuestros misioneros se extenderían por la diócesis y donde se establecerían para predicar misiones como lo hacen ya en Aix, Marsella, Frejus, Avignon, Valence, Grenoble, Digne y Ajaccio.

Acabo de aceptarlo ahora, tanto para promover la devoción a Virgen, como para reclutar si es posible, algunos buenos individuos. Pero carezco de personal para la fundación y confío ese interés a María”.

Carta al Obispo Bourget de Montreal, Febrero 6, 1845, EO I núm. 51

Esta entrada fue publicada en Uncategorized. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *