“DIOS ME AYUDARÁ, ES ÉL A QUIEN INVOCO”

“Asistí a las Vísperas y el sermón en la obra de la Jeunesse [ed. la Juventud] e impartí la bendición”. 

Eugenio luego detalla una difícil situación que tuvo que manejar en la institución y concluye:

“Ese es uno de los asuntos más delicados de mi episcopado, que gracias a Dios he podido llevar a bien hasta ahora”.

Se refiere a un grave problema en el comportamiento del director, que no veía sus errores y obstinadamente se resistía a corregirlos.

“Falta saber qué tendré que decidir después respecto al director, aunque no se ha ganado mi estima ni afecto por su conducta equivocada y muy reprensible, incluso después de haberle mostrado misericordia y bondad más que paternal. Dios me ayudará, es Él a quien invoco”.

Diario de Eugenio de Mazenod, Julio 28, 1844, EO XXI

Siempre que Eugenio encontraba alguna dificultad, su enfoque inmediato era: «Dios me ayudará; es Él a quien invoco”.

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