El año de noviciado es el tiempo más importante para enfocarse en la formación del carácter específico de nuestra vida, carisma y espiritualidad Oblata, y se realiza a través del ejemplo vivo de los Oblatos, de los cursos que se imparten y del acompañamiento en el desarrollo de la espiritualidad Mazenodiana en particular.
A lo que se refiere Eugenio aplica de forma específica a los Oblatos hermanos y sacerdotes, aunque el espíritu que apoya lo que comunica es aplicable a todos los miembros de la Familia Mazenodiana, y es un llamado a cada uno de nosotros para evaluar la calidad de nuestra vida devocional.
En ruta hacia Canadá, el Padre Guigues había enviado algunas observaciones al Fundador sobre quienes habían terminado el noviciado. Eugenio tomó acción y escribió al Padre Vincens, Maestro de Novicios, con algunos consejos.