TRABAJEN TODOS PARA ERRADICAR ESE DETESTABLE VICIO QUE LES HA HECHO TANTO DAÑO

El grupo de Misioneros en Canadá se había convertido en víctima de las críticas y juicios negativos dentro de la comunidad, y del chisme afuera. Eugenio denuncia cómo ese mal ejemplo había afectado a las vocaciones

“Trabajen todos para erradicar ese detestable vicio que les ha hecho tanto daño. Si las vocaciones no se han multiplicado, atribúyanlo solo a eso. Me sorprende que solo uno haya perseverado y considero que se resentirá lo ocurrido por mucho tiempo.
No solo se debe respeto al Superior, sino además se deben respeto mutuo y no permitirse jamás la menor observación desfavorable, pues así se desacreditan unos a otros. Quien quiera dar prueba de sagacidad juzgando severamente a su hermano, es juzgado a su vez con la misma desconsideración, y así, a falta de caridad, se hacen despreciables por turnos, con gran escándalo para todos, dentro y fuera”.

Carta a Jean Baptiste Honorat, Julio 18, 1844, EO I núm. 43

Esta entrada fue publicada en Uncategorized. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *