SON VERDADEROS AGENTES DEL INFIERNO, TRABAJANDO EN DESTRUIR LA OBRA MISMA DE DIOS

 Ahora que estaba por establecerse una nueva y prometedora misión en Bytown, Eugenio enfatiza a los miembros de la comunidad la importancia de la unión entre ellos. El mal ejemplo de desunión, aumentado principalmente por la indiscreción del Padre Baudrand,  había llevado a una disminución en las vocaciones. Vemos a Eugenio utilizar un tono fuerte al condenar ese comportamiento.

“Cuando más se está en posibilidad de extender la obra de Dios, más en concordancia debe estar la unión, la caridad, la más perfecta regularidad. Ya era tiempo de que se comprendieran los deberes de la obediencia y se aprendiera a respetar la autoridad. Malditos sean los murmuradores, esos descritos en las santas Escrituras. El mal que hacen es incalculable, son verdaderos agentes del infierno, trabajando en destruir la obra misma de Dios. Si alguna vez aun se presentara para expandir el veneno, que se ahogue bajo un grito general de rechazo”.

Carta a Jean Baptiste Honorat, Julio 18, 1844, EO I núm. 43

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