VEO   QUE   LA   ENFERMEDAD  ES  UN   MAL TAN  CONTAGIOSO   ENTRE   NOSOTROS COMO LA HORRIBLE COSTUMBRE DEL TABACO

En ocasiones, quienes no están familiarizados con sus escritos, dicen que Eugenio es muy serio y sin sentido del humor. De hecho, en ellos encontramos un sentido del humor muy irónico.

En esta ocasión lo encontramos frustrado con la comunidad de Notre Dame des Lumières, pues parecía que cada Oblato del lugar tenía planes para agrandar una parte del edificio.  El Padre Bellon acababa de regresar y encontraba la noticia:

“Veo que la enfermedad es un mal tan contagioso entre nosotros como la horrible costumbre del tabaco. Apenas llegas y me propones aumentar aún más el enorme gasto hecho en Lumières. Me apena contrariarte sobre agrandar la tribuna, y escribí sobre ello al P. Ricard, quien sin calumniarlo, pienso pudo convencerte de solicitarlo sin atreverse a hacerlo él mismo, después de todo lo que me ha pedido.

¿No hará falta construir pronto sobre la sacristía una sala para todas las conchas que el P. Chauvet reunió cuando estuvo aquí? Creo no son menos de ocho mil. Es puro lujo, pero habrá que cumplir todos los gustos.

Carta al Padre Carlos Bellon, Julio 10, 1844, EO X núm. 846

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