CONFESOR DE LOS NOVICIOS DE HABLA INGLESA

 El Padre Casimir Aubert fue uno de los jóvenes Oblatos muy cercano al Fundador, quien confiaba en él para muchas cosas.  El Padre Daly había dado inicio a la presencia de los Oblatos en las Islas Británicas, aunque era joven e inexperto. Por ello Eugenio había enviado al Padre Aubert, que era mayor y con más experiencia, para estar a cargo por un tiempo. Había algunos asuntos que atender, y ahora el P. Aubert estaba de vuelta en Francia.

“Bendito sea Dios, mi querido hijo, que ya descansan después de un largo viaje. Estamos tranquilos ahora, por lo que no me pesa ese viaje, por penoso y costoso que haya podido ser. Sólo faltaba eso para quedar en paz”.

A su llegada a la comunidad de Osier, querían que fuera el maestro de novicios suplente, a lo que se rehusó, pero le dio la oportunidad de estar con los cuatro novicios que había enviado de Irlanda.

“Has hecho muy bien en actuar como lo hiciste al llegar a l’Osier. No podías quedar como maestro de novicios en una casa en la que cada quien tiene su lugar. Sin embargo, podrás confesar a los novicios ingleses, mientras aprenden suficiente francés para aprovechar la dirección del maestro de novicios”.

Tres días después, Eugenio aun trataba de terminar la carta, en medio de sus muchas responsabilidades.

“No hay forma de terminar la carta, aunque me despido para que no estés preocupado por un retraso  prolongado. Te abrazo de todo corazón y saludo a los cuatro irlandeses, recomendándoles aprovechar bien el resto de su noviciado. Adiós”.

Carta al P. Casimir Aubert, Marzo 21, 1844, EO III núm. 6

Tres de los cuatro irlandeses se convirtieron en excelentes Misioneros Oblatos: uno en Ceylán, uno en Canadá y uno en la futura provincia Angloirlandesa. El carisma recibido por Eugenio de Mazenod se estaba enraizando y extendiendo.

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