SEAN COMO DEBEN SER

“Espero, incluso tengo la confianza de que ninguno de los nuestros dejará de reconocer la importancia y la magnitud de nuestra vocación. El futuro de la Congregación en el nuevo mundo está en sus manos.”

Al escribir al Padre Honorat, superior de la primera comunidad de misioneros Oblatos fuera de Francia, Eugenio les recuerda la importancia de su misión. Si su ministerio en Canadá es exitoso, su futuro estará asegurado. Si la primera comunidad resultara un fracaso, sería el fin de todas las tareas misioneras futuras.  Los ojos de la Iglesia canadiense estaban puestos en su comunidad.

El secreto del éxito residía en su vida espiritual y comunitaria: en cómo vivieran su espíritu de oblación.

“Sean como deben ser, es decir, buenos y verdaderos religiosos, regulares en su conducta, perfectamente unidos, con un solo corazón y una alma, actuando en un mismo espíritu ante todos cuanto les vean, viviendo según su regla, en la obediencia y la caridad, dedicados a todas las obras conforme a esa obediencia, deseando solo la gloria de Dios y el servicio de la Iglesia.”

Carta al P. Jean Baptiste Honorat, Marzo 26, 1842, EO I núm. 10

 

«Seamos como debemos ser», como miembros de la Familia Mazenodiana, viviendo el espíritu de oblación de Jesús el Salvador, según las exigencias diarias de nuestro estado de vida.  Todos somos discípulos a través de nuestro bautismo, ayudémonos mutuamente a “ser como debemos ser”.

 

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