SAN EUGENIO, OBISPO DE MARSELLA – EN SUS PROPIAS PALABRAS

1837- nombramiento como Obispo de Marsella, la segunda ciudad más grande de Francia.

Aquí estoy de hecho convertido en pastor y primer pastor de una diócesis que, por más que se diga, no está poblada de santos. Me ha sido dada, yo no la hubiera escogido. Sin embargo, tendré que encariñarme con este pueblo como un padre con sus hijos.

Tendré que consagrarle mi existencia, mi vida, todo mi ser; no tendré que pensar más que en su bien, ni que temer más que el no hacer bastante por su dicha y su santificación, ni que preocuparme más que por abarcar todos sus intereses espirituales y hasta en cierto modo su bienestar temporal.

Tendré, en una palabra, que consumirme por él, dispuesto a sacrificar por él mis comodidades, mis gustos, el descanso y la vida misma

Retiro preparatorio a la toma de posesión de la sede episcopal de Marsella, mayo 1837, E.O. XV n.185

Desde el primer día puedo ser instituido canónicamente, es decir, colocado por Jesucristo como guardián del redil, encargado de instruirlo, de alimentarlo y de edificarlo… convertirme en pastor y padre, investido de la autoridad misma de Jesucristo a quien deberé representar en medio de esta porción de su rebaño que habrá pasado a ser mi propio rebaño, del que tendré que dar cuenta al Supremo Pastor de nuestras almas , que me las habrá dado para que las salve sacrificándome por ellas.

Retiro preparatorio a la toma de posesión de la sede episcopal de Marsella, mayo 1837, E.O. XV n.185

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