LOS MISIONEROS: AUDACES PARA USAR TRATAMIENTOS DE CHOQUE

En el lamentable estado en el cual se encontraba la gente de Provenza, los medios ordinarios provistos por las estructuras eclesiales no eran suficientes. La gente había estado a merced de varias corrientes de pensamiento en los pasados 27 años: en ocasiones motivados por las filosofías de modo, en otras ocasiones por fervores políticos y eslóganes antirreligiosos, en otras, por el terror… Se habían “descarriado” y estaban perdidos, sin sentido, siendo víctimas de un sistema que los llevaba cada vez más lejos de Dios y de dirigir sus vidas según los valores del Evangelio. La única manera de remediar la situación eran las “tácticas de choque” de las misiones populares. 

Los sacerdotes infrascritos,
Habiendo conocido por experiencia que el endurecimiento o la indiferencia de esos pueblos vuelven  insuficientes y hasta inútiles los auxilios ordinarios que la solicitud de Uds. les proporciona para su salvación;
Habiéndose convencido de que las misiones serían el único medio con el que se podría sacar de su embrutecimiento a esos pueblos extraviados…

Petición de Autorización Dirigida a los Señores Vicarios Generales de Aix,
el 25 de enero 1816, E.O. XIII n.2

La solución propuesta era que un equipo de misioneros se hicieran cargo de una parroquia rural entre cuatro y seis semanas, dando cuidadosa respuesta a la situación de la gente que se había descarriado.

Personas que no habían sido catequizadas durante 25 años necesitaban ser instruidas. De este modo la misión consistía en un “tratamiento de choque” de catequesis diarias durante un tiempo prolongado, para dar un conocimiento perfecto a las personas de los principales aspectos de su fe.

Personas que habían sido víctimas de cada cambio de pensamiento y de cada movimiento durante un cuarto de siglo, necesitaban, prácticamente, que cada aspecto de su vida fuera convertido a Dios. Las tácticas de choque de los misioneros tenían como objetivo una transformación total: usando todos los medios imaginables para enseñar como relacionarse con Dios, como rezar, como participar en la vida sacramental de la parroquia, y como vivir sus vidas y relaciones diarias a la luz de los valores del Evangelio.

Hoy, la familia Mazenodiana continúa siendo urgida, por el mismo espíritu de audacia, a responder con tácticas de choque a las situaciones de “gente descarriada” y necesitada de “ser sacada de sus situaciones de degradación”. 

Constitución 7:

Lo intentan todo para suscitar o despertar la fe de aquellos a quienes son enviados, haciéndoles descubrir «quién es Cristo».

Constitución 8:

No temerán presentar con claridad las exigencias del Evangelio y abrirán con audacia nuevos caminos para que el mensaje de salvación llegue a todos los hombres.
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