LA GRATITUD ME LLAMA A AMAR A LA PERSONA BAJO LA QUE ESTOY EN OBLIGACIÓN

Este es el último párrafo de su propia presentación. Eugenio se ocupa de subrayar otro motivo en su relación con los demás: lo que es para él la gratuidad.

El agradecimiento que para tantos otros es un peso incómodo, está para mí lleno de encantos, porque me lleva a amar a la persona a la que me siento obligado. Me siento feliz cuando se me ha obligado por sentimiento, y si es por elección mía y de mi gusto, nada descuidaré para reconocer que es más por amistad que por el servicio que se presta.Si  sólo me ofrecen sentimientos ordinarios y comunes, y que me obligan sólo como hubiesen obligado a otro, solo puedo corresponder con un agradecimiento exterior que no sale del corazón, con una disposición también de prestar servicio, pero todo ello simplemente por corresponder; mientras que en el otro caso encuentro mi gusto en sentirme obligado. Así aprecio infinitamente más un pequeñísimo servicio que sale del corazón de quien lo hace, que un servicio infinitamente mayor que sólo me hubiesen prestado porque pueden hacerlo fácilmente.

Autorretrato  de Eugenio para su director espiritual, en 1808, E.O. XIV n. 30

Con esto termina la reflexión sobre la presentación que Eugenio hace de sí mismo.

Esta entrada ha sido publicada en escritos y etiquetada como . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *