El P. Yenveux, quien había recopilado muchas de las cartas del Fundador, comenta acerca de ésta: “El Rev. P. Tempier, sin haber informado a tiempo al Rev. Pr. Superior General de la fecha del retiro anual en la casa de Aix y solicitando al Rev. P. de Mazenod venir a escuchar su confesión de retiro, éste le reprende paternalmente, diciendo que muy a menudo le informa de las cosas hasta que ya se han hecho, lo que es contrario a la deferencia debida a los superiores”.
La carta contiene sentimientos interesantes. Eugenio, probablemente impaciente debido a su convalecencia y sufrimiento familiar, se inclinaba generalmente a seguir de cerca todo lo referente a la Congregación Oblata (en ese entonces sólo éramos 30) y le irritaba la falta de información de parte de Henri Tempier. Podrá haber sido el “Padre Superior”, pero esta carta también muestra que eran “Hermanos Oblatos” cercanos, que era lo importante.
No puedo molestarme con usted por nada, incluso cuando falta a un deber, pues sé que lo hace por distracción o cierto hábito de independencia que le ha dado su posición en la Sociedad; a pesar de estas reflexiones, no hubiese dudado en ir con usted, de haberme avisado que su retiro comenzado el domingo sólo duraría cuatro días. Pensé que llegaría después de haber hecho su confesión y ya no le sería útil. Me contento con unir mis oraciones a las suyas para atraerle todas las bendiciones que podría desear para mí y no es extraño, porque siempre le he considerado como otro yo; por eso, no solo le amo tanto, sino le comunico tan gustosamente todos mis pensamientos, aunque me sorprende cada vez más que independientemente de nuestra posición respectiva, le sea tan difícil comunicarme los suyos. Decida de una vez ser menos hermético. Me entero de las cosas cuando están hechas. Esta forma de proceder es diametralmente opuesta a la deferencia y subordinación, por decir lo menos.
Carta a to Henri Tempier, Octubre 6, 1829, EO VII núm. 338