LOS SANTOS SON NUESTROS INVITADOS

Actualmente, al reconocer la santidad de una persona, la Iglesia tiene criterios para la canonización. El primero es que la persona  vivió de acuerdo a las virtudes de la fe, la esperanza y la caridad de forma heroica. En el segundo, la Iglesia reconoce que las acciones, palabras y escritos de esa persona son ejemplares y puede ser imitada como modelo de un discípulo cristiano. En tercer lugar, la gente puede pedir la intercesión de esos santos.

Es por ello que Eugenio tenía gran devoción a los santos y deseaba que sus Oblatos la tuvieran también. En 1821 había escrito a Henri Tempier indicando que se dedicara  cada habitación de la casa a un patrón, a quien se refería como “invitado”, para servir de inspiración a la persona que ahí viviera.

Pedí hacer de inmediato el cuadro de las habitaciones y elegido a los santos protectores para cada uno de sus habitantes. Los patronos estarían instalados ya, de haber encontrado  las imágenes de quienes queremos como huéspedes.
No necesito decirle que apruebo lo que ha hecho, ni añadir que con gusto he seguido su proceso. Sin embargo, hubiese preferido patronos diferentes a los santos Ángeles, la Santísima Virgen, el Sagrado Corazón, el Niño Jesús, necesarios en las salas comunes.
Carta a Henri Tempier, Enero 9, 1821, EO VI núm. 58

Durante su convalecencia en Grans, reflexiona sobre los patronos de las aldeas que habían evangelizado, para que la gente de los diferentes lugares pidiera su intercesión. Escribe a Tempier, quien se encuentra en visita canónica a todas las casas  y en Nimes en ese momento :

Nunca he podido conseguir el nombre de los santos patronos de las parroquias donde se han dado misiones, por lo que nuestras letanías han quedado incompletas; mi intención sería que al saberlos y si son demasiado numerosos, sean repartidos por meses…
Exija para empezar, que los Padres de Nimes le den la lista de los santos bajo cuyo patrocinio han evangelizado a los pueblos hasta ahora.
Carta a Henri Tempier, Agosto 6, 1829,  EO VII núm. 334

Los santos  son nuestros “invitados” y nos acompañan en nuestro trayecto al Reino.

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