ME HALAGA QUE EN EL FUTURO ALGÚN PAPA BEATIFICARÁ A MI HIJO…

En la carta a su padre, Eugenio le había contado su aventura de unir un grupo de misioneros:

Es un establecimiento de Misioneros que se encargarán de recorrer los campos para llevar a los pueblos a los sentimientos de religión que han perdido. Nos establecemos en las antiguas Carmelitas, para desde allí  realizar nuestras giras apostólicas.

Carta a Charles Antoine de Mazenod, el 8 de noviembre 1815, E.O. XIII n.1

La respuesta del Presidente de Mazenod del 27 de Febrero de 1816 contiene dos interesantes atisbos “proféticos”. En primer lugar, él se refiere a la fundación de los Redentoristas por Alfonso de Ligorio – dándose cuenta de la influencia que el ejemplo de este grupo iba a tener en la nueva fundación de su hijo, y que Eugenio le pediría trabajar en la traducción de una biografía de Alfonso al francés. En segundo lugar,  su padre se hacía ilusiones (¿con tono irónico?) con la beatificación de su propio hijo ¡que tendría lugar 160 años más tarde!

   Tenemos aquí una agrupación parecida de santos sacerdotes que se turnan para ir a dar misiones por los alrededores y hacen mucho bien.. Hay también una institución casi igual de Misioneros llamados del Redentor, establecidos en el Uditore. Reconocen como fundador a Mons. Liguori, obispo de Santa Águeda, en el reino de Nápoles, muerto en olor de santidad y en cuya beatificación se trabaja actualmente en Roma por orden del Papa. Me complace pensar que un día algún Sumo Pontífice dé las mismas órdenes a favor de Carlos José Eugenio, pero, entre tanto, me hubiera gustado que me enviaras los periódicos que hablan de tu Instituto y de ti…”

(Original en la Biblioteca de Méjanes, Aix)

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