LA VISIÓN DE NUESTRA FUNDACIÓN HOY EN DÍA: LA FAMILIA MAZENODIANA NECESITA EL DESAFÍO DE SUS MIEMBROS MÁS JÓVENES

Siempre cerca de la gente con la que trabajan, los Oblatos prestarán constantemente atención a las aspiraciones de la misma y a los valores que posee. No temerán presentar con claridad las exigencias del Evangelio y abrirán con audacia nuevos caminos para que el mensaje de salvación llegue a todos los hombres.                                                        

CC&RR. Constitución 8

Quienes participaron en el congreso de nuestro bicentenario acerca de la “Misión con los Jóvenes” dirigieron una carta a todos los miembros de la Familia Mazenodiana. En ella se presentó en forma poderosa la necesidad de la presencia de los jóvenes en la Misión Oblata. A continuación algunos extractos:

Al reunirnos en la cuna de nuestra Congregación, acompañados en este proceso por la Comunidad Internacional de Aix,  nos concentramos en el ejemplo de San Eugenio como misionero de la juventud y modelo para nosotros los Oblatos. Según nuestro Fundador, nuestra presencia entre la juventud es esencial para la evangelización. La pobreza generalizada de la juventud de nuestros días no es sólo una cuestión de deficiencia material, sino también una profunda pobreza espiritual que toca todas las dimensiones  humanas en nuestros diversos contextos. A pesar de esto, sabemos por experiencia que ustedes, nuestros jóvenes, tienen una inmensa capacidad de trasformar la situación encarnando los valores evangélicos a través del carisma de San Eugenio de Mazenod. Esta capacidad se expresa en su generosidad, en el compromiso para enfrentarse a los desafíos, su apertura auténtica ante la diversidad, sed de espiritualidad, sentido de justicia, capacidad ante el cambio, y sobre todo, su caridad llena de celo en sus diferentes formas. Esto es de suma importancia y su presencia es un regalo para nosotros. Su entusiasmo nos llena de valentía. Su amor por san Eugenio nos anima a redescubrirlo en el mundo actual y apreciar de nuevo nuestra misión. Su amor por la Iglesia llena nuestros corazones de alegría por nuestra misión oblata. Al mismo tiempo, los Oblatos estamos conmovidos por la situación de ustedes los jóvenes en el mundo actual, y como el Fundador, queremos responder a este llamado, no sólo confirmando que la misión con los jóvenes es verdaderamente oblata, sino también retándonos a hacer más por ustedes y con ustedes.

Los Oblatos deseamos ser desafiados por ustedes, los jóvenes. Queremos crecer en una visión común en que la misión con la juventud no sea simplemente una expresión de la diversidad de nuestros contextos, sino en el carisma que nos  une a todos. Queremos escucharles, jóvenes del mundo, y oír cuáles son sus necesidades, para que trabajando juntos, podamos concentrarnos en cómo hacer llegar el Mensaje de Cristo al mundo. En esta misión nos gustaría volver al ejemplo de San Eugenio que nos llama a la ayuda mutua, para convertirnos primero en personas humanas, luego en cristianos y finalmente llegar a ser santos, reconociendo que esta es nuestra solidaridad común. Solo de esta forma podremos ayudarles a encontrar su verdadera vocación y el llamado específico que Dios tiene para cada uno de ustedes.

Unidos en la oración con todos nuestros hermanos Oblatos, Laicos y Jóvenes,

Los participantes en el Segundo Congreso Internacional de la Misión con los Jóvenes.

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“El Ministerio con los Jóvenes, en su organización tradicional, también ha sentido el impacto de los cambios sociales. A menudo la gente joven no encuentra respuesta a sus preocupaciones, necesidades, problemas y penas en las estructuras  habituales. Como adultos, nos es difícil escucharles con  paciencia,  entender sus preocupaciones, exigencias y hablarles en un idioma que comprendan.”   Papa Francisco

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