El amor apasionado de Eugenio por Jesucristo el Salvador, fue el lente a través del cual miró todo. Fue a partir de este punto de observación que vio a la Iglesia como el Cuerpo del Salvador, la Gente de Dios. Nos comunicó su visión de compromiso incondicional:
La Constitución 6 de nuestra Regla de Vida Oblata nos invita al compromiso incondicional con la Iglesia en círculos mayores. En primer lugar, vemos a nuestros líderes de la Iglesia como enviados a nosotros por el Salvador para poder cumplir nuestra misión en comunión con ellos y a partir de ahí, en comunión con la iglesia local, de la cual formamos parte. La mirada del Salvador nos lleva después a vivir en unidad con todos los que siguen a Jesucristo, en sus diferentes expresiones. Finalmente, somos invitados a reconocer los valores de Dios expresados por quienes no conocen a Jesucristo. Nuestra relación con la Iglesia se expresa en la constitución completa, a continuación:
CC&RR, Constitución 6 «Cuando Dios transforma la vida de un solo líder, ese líder puede transformar una iglesia. Cuando una iglesia es transformada, se puede transformar una comunidad. Y cuando suficientes iglesias prosperan, se puede cambiar una región, un país y eventualmente a todo el mundo, con el poder positivo, transformador de vida de Jesucristo y la tarea redentora y restauradora de Su gente.» Bill Hybels
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