LA VISIÓN DE NUESTRA FUNDACIÓN HOY EN DÍA: AMOR A LA IGLESIA

Por amor a la Iglesia, los Oblatos cumplen su misión…

CC&RR, Constitución 6

No podemos pensar en San Eugenio sin pensar en la Iglesia. Se hizo sacerdote por estar profundamente conmovido por su triste situación después de la Revolución. Afirmó no poder

quedarse con los brazos cruzados, gimiendo mansamente y a escondidas por estos males, sin dar un paso para sacudir un poco los corazones endurecidos de los hombres

Carta a su madre,  4 Abril 1809, EO XIV, n. 50

Fundó a los Oblatos por la misma razón:

La Iglesia, preciada herencia que el Salvador adquirió a costa de su sangre, ha sido en nuestros días atrozmente devastada…
La consideración de esos males ha conmovido el corazón de algunos sacerdotes celosos de la gloria de Dios, que aman entrañablemente a la Iglesia, y están dispuestos a entregar su vida, si es preciso, por la salvación de las almas.

Prefacio

Su amor por la Iglesia, como Cuerpo de Cristo, guió sus acciones hasta su muerte – y fue su deseo que todos los que le siguieran tuvieran el mismo amor. En su última carta pastoral como Obispo de Marsella, resumió los dos ejes de su vida:

¿Cómo sería posible separar nuestro amor a Jesucristo del que debemos a su Iglesia? Estos dos amores se confunden: amar a la Iglesia es amar a Jesucristo, y recíprocamente.
Se ama a Jesucristo en su Iglesia, porque ella es su esposa sin mancha ni arruga, que ha salido de su costado abierto en la cruz

Carta Pastoral a la Diócesis de Marsella, 1860

1

“Eugenio de Mazenod fue un hombre apasionadamente enamorado de Jesucristo y comprometido incondicionalmente con la Iglesia”.   Papa Pablo VI en la Misa de Beatificación en 1975.

 

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